Graffitis que destrozan el monumento natural
Las autoridades chinas afirman que escribiran una «lista negra» con los nombres de los grafiteros
El Everest inundado de graffitis
El Everest no sólo es la montaña más alta del planeta, sino el foco de obsesión para miles de personas. Varios han muerto tratando de conquistarla, y otros tantos han salido victoriosos. Los primeros en escalarla exitosamente fueron Edmund Hillary y Tenzing Norgay, y desde ese momento, más de 1200 hombres y mujeres de más de 60 nacionalidades han logrado llegar a la cima. A 8848 metros sobre el nivel del mar, el Everest -llamada así en el mundo occidental en honor al geógrafo George Everest- es un punto geográfico único en el Himalaya que marca la frontera entre China y Nepal.
Al ser un lugar tan icónico en el mundo, el Everest recibe anualmente miles de turistas. Según datos revelados al South China Morning Post por Gu Chunlei, el subdirector de Turismo del condado Dingri del Tíbet, más de 40 mil visitantes arribaron al sitio durante el 2015. Y con semejante flujo, no extraña que las cosas comiencen a complicarse. Es cada vez más frecuente encontrar en los monumentos y carteles de los dos campos base (El Campo Base Sur y el Campo Base Norte) inscripciones en diferentes idiomas con nombres o frases del estilo «John estuvo aquí». Y los responsables locales decidieron hacer algo.
Las autoridades chinas se cansaron de limpiar los graffitis pintados por los turistas, y anunciaron que pronto comenzarán a armar una «lista negra» con los nombres de los visitantes que sean descubiertos vandalizando la zona. Además, expondrán, a través de los medios, a los turistas que pintarrajean los diversos campamentos. Es que el problema de las pintadas llegó a un nivel preocupante hace poco, ya que las inscripciones tapan carteles de advertencias e información esencial.
Los idiomas que más pueden observarse son el mandarín en mayor medida, pero también inglés y tibetano. Chunlei declaró que armarán «una nómina para castigar a los turistas que se comporten mal, como aquellos que dejan graffitis. La lista negra se pondrá a disposición de los medios de comunicación».
Identificar a los turistas no será nada complicado si se tiene en cuenta que los visitantes, al llegar, deben registrarse para entrar al lugar, y las lenguas en las cuales se encuentren los grabados serán también indicios a tener en cuenta.
Como contrapartida, instalarán tablas especiales en la zona para que los visitantes y aventureros puedan dejar allí su marca, sin la necesidad de arruinar el monumento natural. El mismo sistema fue incorporado en el año 2014 en la Gran Muralla China, en donde se invita a que los visitantes escriban algo en un área designada especialmente con ese propósito.
Según datos de la Associated Press, el aumento en los sueldos de los habitantes de China ha provocado una ola de turismo más fuerte, lo que lleva indudablemente a peor comportamiento de los viajeros, ya sea en el exterior como en el interior de su propio país. El gobierno creó una base de datos específica para reconocer a los que se comportan de una manera repudiable durante un viaje, lo que lleva a que los hoteles y aerolíneas estén atentos y hasta puedan negarles sus servicios.
Graffitis en el Monte Everest
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